El etiquetado de alimentos se ha convertido en una herramienta crucial para la salud pública, especialmente en América Latina, donde los índices de sobrepeso y obesidad se encuentran entre los más altos del mundo. De hecho, en México, más del 70% de las muertes en adultos están relacionadas con enfermedades crónicas no transmisibles, muchas vinculadas a hábitos alimenticios deficientes.
Sin embargo, comprender las etiquetas actuales representa un desafío significativo. Estudios demuestran que solo el 6% de las personas encuentran fácil de entender el sistema actual de etiquetado. Además, con el aumento del 580% en el consumo de alimentos procesados durante las últimas décadas, la necesidad de un etiquetado claro y efectivo es más importante que nunca.
En este artículo, exploraremos todo lo que necesitas saber sobre las etiquetas de alimentos, los sellos de advertencia implementados por la Secretaría de Salud, y cómo interpretar correctamente la información nutricional para tomar decisiones más saludables en tu alimentación diaria.
¿Qué son las etiquetas de alimentos?
Las etiquetas de alimentos son documentos informativos que acompañan a los productos alimenticios, proporcionando datos esenciales sobre su composición y características. Según la Organización Mundial de la Salud, estas etiquetas deben incluir advertencias sobre los riesgos para la salud asociados con el consumo excesivo de ciertos nutrientes.
Elementos básicos de una etiqueta.
La normativa establece que toda etiqueta debe contener información fundamental para garantizar la seguridad alimentaria. Los elementos obligatorios incluyen:
- La denominación del producto
- Lista de ingredientes en orden descendente
- Información nutricional
- Fecha de caducidad
- Identificación del lote
- Nombre y dirección del fabricante
- País de origen
Tipos de información nutricional en el etiquetado de alimentos.
Por otro lado, existen dos tipos principales de etiquetado de alimentos: interpretativo y no interpretativo. El interpretativo utiliza elementos visuales como sellos de advertencia o semáforos nutricionales, mientras que el no interpretativo presenta tablas con valores numéricos. Además, la tabla nutricional debe expresarse por 100 gramos o 100 mililitros del producto.
Ubicación de la información
En particular, la normativa establece que el tamaño de letra debe ser legible, con una altura mínima de 1,2 mm. Los productos pequeños, con superficie menor o igual a 40 cm², presentan «mini-sellos» que indican el número de ingredientes críticos. Asimismo, la información sobre alérgenos debe destacarse mediante una tipografía diferente al resto de ingredientes.
Cómo leer correctamente el etiquetado de alimentos.
Según una encuesta de la OCU, un 44% de los consumidores presta mucha atención a las etiquetas de los alimentos. Por lo tanto, comprender cómo leer correctamente esta información resulta fundamental para tomar decisiones informadas sobre nuestra alimentación.
Identificar información clave.
Para interpretar adecuadamente el etiquetado de alimentos, debes centrarte en los elementos más relevantes. En particular, los componentes esenciales incluyen:
- La lista de ingredientes en orden descendente según su cantidad
- Los valores nutricionales por porción
- La información sobre alérgenos
- Los datos sobre aditivos y conservadores
- La información sobre origen y sostenibilidad
Entender las porciones
El tamaño de las porciones constituye uno de los aspectos más importantes, además de ser frecuentemente malinterpretado. En efecto, las porciones que se muestran en las etiquetas suelen ser más pequeñas de lo que la gente consume en realidad.
Por ejemplo, si una caja de galletas contiene 15 porciones y cada porción equivale a dos galletas, podrás servir una galleta a 30 personas. Sin embargo, si consumes dos porciones, necesitas multiplicar por dos todos los valores nutricionales indicados en la etiqueta.
Para realizar una comparación justa entre productos similares, asegúrate de valorar la información en relación con los 100 gramos o porciones iguales. Además, el porcentaje de valor diario sirve como guía para entender si un producto es alto o bajo en nutrientes específicos – 5% o menos se considera bajo, mientras que 20% o más se considera alto.
En cuanto a los códigos específicos, como el PLU en frutas y verduras, un número que comienza con 9 indica que el producto es orgánico, mientras que si comienza con 8 significa que está genéticamente modificado.
Beneficios de un buen etiquetado de alimentos.
Los beneficios de un etiquetado adecuado se reflejan directamente en la salud pública y el bienestar de la población. Un estudio realizado demostró que los productos con tres sellos de advertencia experimentaron una caída del 70% en el volumen de ventas.
Mejores decisiones de compra.
El etiquetado frontal ha demostrado ser una herramienta eficaz para orientar las decisiones de compra. En México, los productos con cuatro etiquetas de advertencia registraron una disminución del 8% en el número de compradores.
Prevención de alergias
En particular, el etiquetado resulta fundamental para las personas con alergias alimentarias, que representan entre el 1% y el 3% de la población. Por otro lado, la normativa exige que los fabricantes destaquen claramente los 14 alérgenos principales mediante una tipografía diferenciada.
Control de nutrientes
El sistema de etiquetado frontal ha demostrado resultados significativos en el control nutricional. Por ejemplo:
- Redujo el consumo de calorías por persona en México en 37 calorías diarias
- Previno 1.3 millones de nuevos casos de obesidad
- Generó un ahorro de 36.60 mil millones de pesos en costos médicos durante cinco años
En efecto, el impacto ha sido tan significativo que el 56% de los productos en la industria se reformularon para reducir la cantidad de azúcares. Asimismo, las bebidas light se han convertido en una alternativa popular, con un aumento del 16% en su penetración en América Latina durante los últimos cinco años.
Errores comunes al interpretar etiquetas
A menudo, los consumidores cometen errores significativos al interpretar las etiquetas de alimentos, lo cual puede afectar negativamente sus decisiones nutricionales. Según estudios recientes, el 51% de las personas consideran que la tabla de información nutricional no tiene el tamaño adecuado.
Confusión con las porciones
Una de las equivocaciones más frecuentes ocurre al interpretar el tamaño de las porciones. Por ejemplo, cuando un producto indica «light», muchos consumidores tienden a comer cantidades mayores, pensando erróneamente que no aumentarán las calorías totales. Además, el etiquetado frontal no señala porciones específicas, y los alimentos llevan los mismos sellos negros independientemente de su tamaño.
Los valores nutricionales suelen presentarse por cada 100 gramos de producto, sin embargo, las porciones recomendadas pueden ser significativamente menores. Por consiguiente, es fundamental multiplicar los valores cuando se consume más de una porción.
Malentendidos sobre ingredientes
Por otro lado, existen varios malentendidos comunes sobre los ingredientes:
- Los productos etiquetados como «sin azúcares añadidos» pueden contener azúcares naturales o edulcorantes alternativos
- La indicación «bajo en grasas» frecuentemente implica un mayor contenido de azúcares para compensar el sabor
- Los términos técnicos como «ácido ascórbico» (vitamina C) o «polidextrosa» (fibra dietética) generan confusión
Sin embargo, las comparaciones entre productos deben realizarse dentro de la misma categoría de alimentos. Por ejemplo, comparar diferentes cereales de desayuno entre sí, ya que comparar grupos distintos puede generar confusión. Asimismo, cuando un producto indica «100% natural», esto no significa necesariamente que todos sus ingredientes sean naturales o saludables.
La interpretación incorrecta de estas etiquetas puede limitar significativamente su eficacia como herramienta para realizar elecciones saludables. Por tanto, resulta esencial desarrollar un entendimiento crítico de la información presentada en el etiquetado de alimentos.
Conclusión
En resumen, cumplir con las normativas y regulaciones en el etiquetado de alimentos es esencial para garantizar la seguridad del consumidor y evitar sanciones legales. Además, una etiqueta bien diseñada contribuye a la transparencia del producto, lo que genera confianza en el consumidor.
No solo se trata de cumplir con los requisitos legales, sino también de crear una etiqueta atractiva que refleje la calidad de tu marca. Esto es clave para diferenciarte en el mercado competitivo.
Recuerda que las leyes y regulaciones en el etiquetado de alimentos pueden cambiar, por lo que es crucial mantenerse actualizado y revisar que todos los detalles estén correctamente aplicados.
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